La rabia es un estado natural

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Tu mirada cobraba vida mientras tú me gritabas, eran lo más parecido a las chispas de los autos de choque al tomar velocidad e impactar sobre otro o como las bengalas que pusimos en nuestro pastel de reconciliación. Lo recordaré como algo bueno y no como el principio de mis altos niveles de radiación.

Siempre fuimos bastante dispares e intentamos pegar con chicles las muescas que nos dejábamos. Sabías golpearme, siempre bajo la premisa de que los golpes bajo el agua duelen menos, pensaré que esto es lo más parecido a una paliza sentimental, algo limpio y sin moratones.
No busco una venganza a modo de calmante, eso sería darte el valor que no te mereces, solo quiero saber que no estás ahí detrás, que abriré la puerta y no te veré; que al pasar por lo que considerábamos nuestro únicamente recordara cuando paseaba por allí sin ti y que por mucho que quieras cambiarlo tus esfuerzos sean en vano.

Me gustaría poder tener una memoria aportillada y desordenada. Así al menos no recordaría el inicio de nuestra fuga radiactiva particular, pero ahora sé que para seguir respirando las máscaras son de gran ayuda y que al final me has aportado algo... una gran decepción.