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Aún confundo las luces que se reflejan en la ventana con estrellas fugaces, no sé si soy yo o mis ganas de no desintegrarme, de no perder la fe en la magia que me producen tus caricias, porque nos hacemos tanto daño que pensamos en abandonarlo todo para pasar a convertirnos en una micra, un número elevado a infinito; tan pequeño como lo que somos en el universo o como las pocas ganas que tengo de abandonarte o de hacerte daño o de no hacerte sentir especial. Por eso he aprendido a lamerme las heridas y a coser remiendos en donde se empieza a ver el músculo, incluso los huesos astillados. Para que todo vuelva a ser como ha sido siempre, para conservar la esencia original, para que cuando mires atrás no encuentres gran diferencia con el hoy o con el futuro, para no edulcorar lo que nos ha hecho especiales.

Adrihatesyou

Todo lo que sabes sobre mí, es mentira

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