Su capa cayó
y gritó, con ello sus cuerdas vocales parecían entrar en resonancia con toda la estancia; era un rugido que pedía ser calmado a besos cada vez con más insistencia, todo aquel rasgueo de laringe provenía de una sombra que se proyectaba a través de la puerta cristalina; era lo más parecido a un superhéroe que he visto y veré jamás, alguien incapaz de mantener algún tipo de vínculo con la realidad, alguien que toma todo lo que existe como algo superfluo, desviando los sentimientos y alojándolos en el cubo de la basura. Ese era su superpoder tener la habilidad de cortar lazos, sobre todo con la gente que de verdad lo amaba.
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