¿Alguna vez has soñado con los ojos abiertos y ver pasar las cosas cómo si fuera un gran largometraje?
Y de repente dar un pequeño salto dejándolo escapar; guardándolo
en un lugar donde los habitan las acciones espontáneas, acompañado de un dulce
sabor a amargo al imaginarlo. Cuantas veces tendrá que ocurrir para que una de
esas veces los sueños y las acciones espontáneas se unan en orden aleatorio con
el único propósito de crear la más bonita de las historias de amor. No como en
las novelas, ni siquiera como en las películas americanas únicamente como tú quieres que sea, tan
perfecto como siempre lo has imaginado, si al menos lo hubieras intentado
sabrías de la sensación de la que te hablo; algo que es tan mágico que fluye como
electricidad estática, esa que consigue algo que conscientemente nunca podrías imaginar.
Por eso siempre es complicado dejar escapar los sueños, es
insignificante la intensidad de estos.
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